sábado, 31 de mayo de 2014

Aprendizaje por competencias


Aprendizaje por competencias

Un método que en lo estrictamente escolar  se apoya en el desarrollo de las psychosocial skills (que se ha traducido al español como competencias o habilidades para la vida) y que se refieren a la necesidad de fomentar el desarrollo personal de los estudiantes; ayudarlos a desarrollar su potencial y a disfrutar de una vida privada y social exitosa, y en el respectivo desarrollo de las life skills, cuyo sentido se ha ampliado: traducido simplemente como capacidades o competencias, éstas conllevan saberes, habilidades/aptitudes/ know-how, valores, actitudes, comportamientos, para enfrentar exitosamente contextos y problemas de la vida real privada, social y profesional, así como situaciones excepcionales.

 Phillippe Perrenoud, sociólogo y antropólogo, profesor de la Universidad de Ginebra, ha hecho uno de los mejores esclarecimientos frente a los críticos del aprendizaje por competencias. Aquí, dice Perrenoud, parece haber un malentendido que consiste en creer que al desarrollar competencias, se renuncia a transmitir conocimientos.

Casi todas las acciones humanas exigen conocimientos, dice Perrenoud, a veces reducidos, a veces muy amplios, ya sea que éstos sean obtenidos a partir de la experiencia personal, del sentido común, de la cultura compartida en el seno de un círculo de practicantes o de la investigación tecnológica o científica. Mientras más complejas, abstractas, mediatizadas por ciertas tecnologías y fundadas según modelos sistemáticos de la realidad son las acciones proyectadas, más exigen conocimientos amplios, avanzados, organizados y confiables.

La noción de competencia tiene muchos significados. La noción del profesor ginebrino dice así: una competencia es la capacidad para actuar de manera eficaz en un tipo definido de situación, capacidad que se apoya en conocimientos, pero no se reduce a ellos. Para enfrentar una situación de la mejor manera posible, generalmente debemos hacer uso y asociar varios recursos cognitivos complementarios, entre los cuales se encuentran los conocimientos.

Los conocimientos son representaciones de la realidad que hemos construido y acumulado de acuerdo con la experiencia y con la formación de cada quien. Casi toda acción pone en movimiento ciertos conocimientos, a veces elementales y diseminados, a veces complejos y organizados en redes. Es así como, por ejemplo, se necesitan conocimientos lo suficientemente amplios para: “a) analizar un texto y reconstituir las intenciones del autor; b) traducir de una lengua a otra; c) crear argumentos con el fin de convencer a un escéptico o a un adversario; d) crear una hipótesis y verificarla; e) identificar, formular y resolver un problema científico; f) detectar una falla en el razonamiento de un interlocutor; g) negociar y conducir un proyecto colectivo. Pero las competencias que ponen de manifiesto estas acciones no son conocimientos en sí; éstas utilizan, integran, movilizan conocimientos”.

 Un buen médico llega a identificar y a movilizar los saberes científicos pertinentes, en el momento adecuado, en una situación concreta que, evidentemente, no se presenta en general como un “caso teórico” para el cual bastaría encontrar “la página adecuada de un gran libro” y aplicar la solución recomendada. El que el médico disponga de amplios saberes (en física, biología, anatomía, fisiología, patología, farmacología, radiología, tecnología, etcétera) es sólo una condición necesaria de su competencia. Si ésta se redujera a una simple aplicación de co­nocimientos memorizados en casos concretos, le bastaría, a partir de algunos síntomas típicos, identificar una patología detallada, después de encontrar, en su memoria, o en un tratado, o en una base de datos, las indicaciones terapéuticas. Las competencias clínicas de un médico van mucho más allá de una memorización segura y de recordar oportunamente las teorías pertinentes, al menos cada vez que la situación sa­le de la rutina y exige relacionar, in­terpretar, interpolar, inferir, inventar, en suma, realizar operaciones mentales complejas cuya organización sólo puede construirse en la realidad, de acuerdo con saberes y esquemas del experto, así como según su visión de la situación.

Una competencia nunca es el puro y simple empleo racional de conocimientos, de modelos de acción, de procedimientos. Formar a través de competencias no lleva a dar la espalda a la asimilación de conocimientos. Sin embargo, la apropiación de varios conocimientos no permite su movilización ipso facto en situaciones de acción. Por eso el aprendizaje por competencias puede expresarse sintéticamente como saber y saber hacer, (en un gran número de niveles y complejidades).

 Linda Gervacio.

viernes, 30 de mayo de 2014

Reflexiones en torno al impacto de las TIC en el ámbito educativo




Reflexiones en torno al impacto de las TIC en el ámbito educativo

La integración de las TIC en distintos campos de la actividad humana, así como el impacto que en la vida cotidiana han generado, imponen cambios en los paradigmas e impulsan a mirar de manera crítica, la educación, la enseñanza, los procesos de aprendizaje, así como los recursos y elementos mediadores de la práctica en el salón de clase.

 En los últimos años ha cobrado fuerza el desarrollo de nuevas herramientas y ambientes de aprendizaje que pretenden mejorar la práctica educativa y potenciar procesos de desarrollo cognitivo en los estudiantes. Con esa introducción, han surgido alternativas relacionadas con la educación a distancia que poco a poco impactan propuestas para emplear los recursos tecnológicos en la enseñanza presencial. Asimismo, se han desarrollado nuevas concepciones y estrategias que buscan adecuar la educación a los tiempos actuales.
 
 Estás propuestas, centradas en el estudiante y en el aprendizaje, están ayudando a reconceptualizar la educación, la práctica docente, el proceso enseñanza-aprendizaje, la relación docente-estudiante y el papel de la escuela. Se están proponiendo nuevas maneras de acceder al conocimiento, a la construcción grupal, al trabajo colaborativo; a la conformación de comunidades de aprendizaje y al desarrollo de habilidades superiores de pensamiento.
 
 Esta concepción cambia nuestra imagen del maestro, de su labor docente, de su función en la mediación pedagógica, de su proceso de formación y actualización en el manejo de los contenidos curriculares, y de su capacitación en el uso de herramientas y recursos tecnológicos informáticos.
 
 Resulta importante reflexionar en las pautas de trabajo que necesitamos generar, en los conocimientos requeridos, sin olvidar cómo estas herramientas se vinculan con los diferentes estilos de aprendizaje de cada estudiante; las habilidades y competencias intelectuales y comunicacionales que fomentan. Es por esa razón que el cambio en las prácticas escolares debe conllevar un cambio en la forma de evaluar las habilidades que deben adquirirse para la vida futura.
 
 Las posibilidades pedagógicas que se abren al utilizar la tecnología crean un abanico de opciones de tipo cognitivo. Varias investigaciones muestran que tener al alcance fuentes de información remotas, imágenes, videos, recursos auditivos, facilita los aprendizajes, provoca procesos de organización del pensamiento y de construcción del conocimiento. La tecnología al servicio de un claro proyecto educativo es una herramienta fértil para potenciar las situaciones de aprendizaje, la vinculación entre docentes y el fortalecimiento de las escuelas (Dede, 2002).
 
 Los distintos métodos de aprender con tecnología que han elaborado diversos autores dedicados a la investigación y al desarrollo de propuestas pedagógicas, tienen varios puntos en común:
 

Programas de estudios basados en estándares, centrados en problemas y situaciones del mundo real.
El uso de modelos de visualización como medios eficaces de tender un puente entre la experiencia y la abstracción.

La creación de un significado colectivo por parte de los estudiantes a través de diferentes puntos de vista sobre las experiencias compartidas.

La colaboración entre los estudiantes para llevar adelante experiencias de aprendizaje y generar conocimientos.

La emergencia de comunidades de conocimiento en cada proyecto de trabajo que, durante el desarrollo del mismo, entrelacen maestros, estudiantes , padres de familia, investigadores y público en general, a fin de reconfigurar el vínculo escuela-sociedad.

Atención diferenciada a los estudiantes mediante medidas para ayudar a los que tienen dificultades y problemas particulares.
 
Para que estas condiciones de aprendizaje puedan afrontarse y sostenerse se considera imprescindible:

Ø  Repensar la educación en una visión más generalizada que trascienda el tiempo, el lugar y la edad, entre otros.
 
Ø  Reconceptualizar el papel, los conocimientos y las destrezas de los docentes.
 
Ø  Replantear las metodologías así como los modelos de intervención en el aula.
Ø  Propiciar que las escuelas devengan nodos de redes; cada nodo se relaciona con las comunidades emergentes de conocimiento de la misma escuela y de otras escuelas contribuyendo a reconfigurar el entramado social.

Linda Gervacio  


martes, 27 de mayo de 2014

Gestión docente


Gestión docente
 
Como parte de nuestras competencias docentes para programar, impartir, tutorar y evaluar acciones formativas dentro del subsistema donde nos desempeñamos, requerimos construir ambientes para el aprendizaje autónomo y colaborativo elaborando y utilizando materiales, medios y recursos didácticos disponibles en la escuela y en la comunidad, orientados a fortalecer los itinerarios formativos para el logro de las competencias seleccionadas en nuestra propuesta de intervención.
La gestión docente requiere del dominio de competencias para instrumentar secuencias didácticas, diseñar ambientes de aprendizaje; seleccionar, aplicar y evaluar estrategias didácticas y dinámicas grupales; valorar, elegir o construir recursos didácticos que permitan el logro de los propósitos de formación previstos. Todo lo anterior, sin soslayar la habilidad para reorientar las acciones programadas en función de la retroalimentación recibida por los actores educativos.
El enfoque por competencias requiere aliados, por una parte, el constructivismo como paradigma y, por la otra, el aprendizaje basado en problemas y el uso eficiente de las tecnologías de la información y la comunicación. Esta combinación pone énfasis en que el desarrollo de las competencias se articula con proyectos de carácter transversal que permiten fortalecer los procesos de indagación, cuya relevancia no recae en las disciplinas en sí mismas, sino en lo que cada una aporta para conocer el problema u objeto de estudio desde una perspectiva determinada.
 
Linda Gervacio
 

viernes, 23 de mayo de 2014

Ambientes de aprendizaje


Gestión de ambientes de aprendizaje

Son varias las disciplinas relacionadas con el concepto ambientes de aprendizaje, también llamados ambientes educativos, términos que se utilizan indistintamente para aludir a un mismo objeto de estudio, Duarte (2010).

Comenzaré mi participación planteando la siguiente pregunta: ¿Qué se entiende por ambiente educativo? De acuerdo con Ospina (1999), el ambiente es concebido como construcción diaria, reflexión cotidiana, singularidad permanente que asegure la diversidad y con ella la riqueza de la vida en relación.

Otra de las nociones de ambiente educativo remite al escenario donde existen y se desarrollan condiciones favorables de aprendizaje. Un espacio y un tiempo en movimiento, donde los participantes desarrollan capacidades, competencias, habilidades y valores.
Se plantean dos componentes en todo ambiente educativo: los desafíos y las identidades. Los desafíos, entendidos como los retos y las provocaciones que se generan desde las iniciativas propias o las incorporadas por promotores, educadores y facilitadores, entre otros.

Los desafíos educativos fortalecen un proceso de autonomía en el grupo y propician el desarrollo de valores.
Los ambientes educativos también están signados por la identidad, pues la gestión de las identidades y lo cultural propio es la posibilidad de creación de relaciones de solidaridad, comprensión y apoyo mutuo e interacción social.

De acuerdo con Duarte (2010), actualmente lo que se entiende por ambiente educativo no sólo considera el medio físico, sino las interacciones que se producen en dicho medio.
Por tanto, se tienen en cuenta la organización y disposición espacial, las relaciones que se establecen entre los elementos de su estructura, así como las pautas de comportamiento que en él se desarrollan, el tipo de relaciones que mantienen las personas con los objetos, las interacciones que se producen entre las personas, los roles que se establecen, los criterios que prevalecen y las actividades que se realizan.

Finalmente, hablando estrictamente de un espacio físico  escolar,  es un espacio donde "reina" un  ambiente de aprendizaje, en el cual convergen estudiantes, docentes, administrativos y todo el personal de apoyo que interactúan psicológicamente con respecto a ciertos contenidos, donde se utilizan métodos, técnicas y estrategias previamente establecidas con la intención de adquirir conocimientos, desarrollar habilidades, actitudes, y en general adquirir o incrementar capacidades y competencias.