El proceso didáctico como proceso de
comunicación:
Al comunicarnos establecemos
una relación frente a frente o a través de las nuevas tecnologías de
comunicación en forma indirecta. El
proceso educativo tiene como base la comunicación; entendida como construcción de significados a partir
del conjunto de recursos personales, psicológicos y pedagógicos que el
docente utiliza en su relación con los educandos.
Una sonrisa, una caricia,
valorar el esfuerzo y el progreso, exaltar lo bueno, una mirada, una muestra de
afecto, son todos elementos positivos, agradables dentro del proceso de comunicación
en el aula; ya que el clima emocional
y afectivo que existe en el salón de clases es decisivo para el éxito de los
procesos de enseñanza y de aprendizaje.
Hoy las comunicaciones
invaden todas las esferas de la vida cotidiana del ser humano. Pasamos de la
tradición oral a la escrita y luego al uso de códigos tecnológicos, de modo que
hoy día la tarea educativa, ante el predominio de los medios de
comunicación, consiste en contribuir a
la formación de receptores críticos y creadores, capaces de asumir actitudes de
construcción y búsqueda del significado de las imágenes y símbolos en los que
niños, jóvenes y adultos están inmersos.
Desde esta perspectiva, se
torna necesario que los docentes reflexionen sobre cómo se da el proceso de
comunicación, a fin de articularla con múltiples formas de expresión, desde el
lenguaje propio, el de los otros, la informática, el de los medios de
comunicación de masas, en fin, la comunicación en su totalidad.
En el proceso de
comunicación, tanto frente a frente como a través de los medios, intervienen
los siguientes elementos:
• La fuente: puede
ser un individuo que habla, escribe o dibuja, o una organización de
comunicación, por ejemplo un periódico, un canal de televisión, una cadena
radial o un estudio cinematográfico.
• El mensaje: es
el producto del comunicador que se expresa en forma de códigos en forma
escrita, verbal, gestual o con imágenes. Así el mensaje puede presentarse en
forma de impresos en papel, impulsos electromagnéticos, ondas de sonido en el
aire, gestos o todo tipo de señales capaces de ser interpretadas
significativamente.
• El medio o canal:
es el vehículo, soporte o instrumento de la comunicación a través del cual se
envía el mensaje. Hay canales que permiten dirigirse a grandes masas: radio,
televisión, prensa. Cuando el docente y los estudiantes se comunican en forma
verbal en el salón de clase, utilizan el aire como canal.
• El destino:
puede ser un individuo o un grupo de personas. Así, la persona que escucha una
grabación de audio, lee un libro, o ve un noticiero constituye el destino de un
mensaje. Igualmente lo son los televidentes, los cibernautas o
navegantes del espacio, los lectores de una revista o periódico, el público que
asiste a una conferencia.
• La
retroalimentación: busca asegurar la eficacia del proceso comunicativo de
forma bidireccional. Verificar la forma en que se recibe el mensaje y su
apropiación. Juega un papel muy importante porque permite conocer cómo se están
interpretando los mensajes verbales, escritos, gestuales, gráficos, musicales.
Hacen parte del proceso de retroalimentación los aplausos, sonrisas, bostezos,
inclinaciones de cabeza, cartas, llamadas, mensajes, correos electrónicos, etc.
Todo esto inmerso en un ambiente de diálogo significativo en que cada uno sea
partícipe de un proceso crítico de construcción.
Para que la comunicación
ocurra y la persona a quien se dirige comprenda el mensaje, es necesario
compartir los códigos y utilizar los mismos sistemas de signos. Algunos autores
llaman perceptor o receptor a toda persona que conscientemente reciba,
interprete y responda los mensajes provenientes del medio en que se encuentra
inmerso.
El comunicador o emisor es
quien produce y transmite el mensaje a través de códigos que conoce el
perceptor. Es muy importante que los canales o medios que utiliza el
comunicador sean los mejores y se encuentren en óptimas condiciones.
El uso pedagógico de las
nuevas tecnologías obliga a la interactividad. Los mensajes que se articulan a
través de estos medios son bidireccionales, fortalecen la retroalimentación y
la interacción de los estudiantes con sus profesores y entre ellos mismos,
saliendo del aislamiento y remontando las barreras tradicionales de espacio y
de tiempo. Las relaciones pedagógicas que se establezcan tanto en las aulas
presenciales, como a distancia, a través de la educación virtual, inciden en la
calidad de la educación y en el desarrollo humano.
Finalmente, es muy
importante agregar que en el proceso de comunicación los comportamientos no
verbales juegan un papel fundamental; así aspectos como apariencia física,
posturas, miradas, gestos, la calidad de la voz, el énfasis en algunas
palabras, los silencios, pausas, el vestido, la proximidad, el manejo del
espacio. Al respecto Knapp, hace un análisis profundo de la importancia de la
conducta no verbal en la comunicación, como las expresiones faciales, las
expresiones corporales, el manejo del espacio y del tiempo. De Igual forma, en
los mensajes gráficos, escritos o a través de imágenes, son parte bien
importante los colores, tipos de letras, tamaños, calidad y distribución en el
papel o en el espacio correspondiente.
Ana María Prieto Hernández, para la Especialidad
Competencias Docente para la Educación Media Superior, UPN, marzo 2010.
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