miércoles, 18 de junio de 2014

El proceso didáctico como proceso de comunicación


El proceso didáctico como proceso de comunicación:

Al comunicarnos establecemos una relación frente a frente o a través de las nuevas tecnologías de comunicación en forma indirecta.  El proceso educativo tiene como base la comunicación; entendida como construcción de significados a partir del conjunto de recursos personales, psicológicos y pedagógicos que el docente utiliza en su relación con los educandos.

Una sonrisa, una caricia, valorar el esfuerzo y el progreso, exaltar lo bueno, una mirada, una muestra de afecto, son todos elementos positivos, agradables dentro del proceso de comunicación en el aula; ya que el clima emocional y afectivo que existe en el salón de clases es decisivo para el éxito de los procesos de enseñanza y de aprendizaje.

Hoy las comunicaciones invaden todas las esferas de la vida cotidiana del ser humano. Pasamos de la tradición oral a la escrita y luego al uso de códigos tecnológicos, de modo que hoy día la tarea educativa, ante el predominio de los medios de comunicación,  consiste en contribuir a la formación de receptores críticos y creadores, capaces de asumir actitudes de construcción y búsqueda del significado de las imágenes y símbolos en los que niños, jóvenes y adultos están inmersos.

Desde esta perspectiva, se torna necesario que los docentes reflexionen sobre cómo se da el proceso de comunicación, a fin de articularla con múltiples formas de expresión, desde el lenguaje propio, el de los otros, la informática, el de los medios de comunicación de masas, en fin, la comunicación en su totalidad.

En el proceso de comunicación, tanto frente a frente como a través de los medios, intervienen los siguientes elementos:

          La fuente: puede ser un individuo que habla, escribe o dibuja, o una organización de comunicación, por ejemplo un periódico, un canal de televisión, una cadena radial o un estudio cinematográfico.

          El mensaje: es el producto del comunicador que se expresa en forma de códigos en forma escrita, verbal, gestual o con imágenes. Así el mensaje puede presentarse en forma de impresos en papel, impulsos electromagnéticos, ondas de sonido en el aire, gestos o todo tipo de señales capaces de ser interpretadas significativamente.

          El medio o canal: es el vehículo, soporte o instrumento de la comunicación a través del cual se envía el mensaje. Hay canales que permiten dirigirse a grandes masas: radio, televisión, prensa. Cuando el docente y los estudiantes se comunican en forma verbal en el salón de clase, utilizan el aire como canal.

          El destino: puede ser un individuo o un grupo de personas. Así, la persona que escucha una grabación de audio, lee un libro, o ve un noticiero constituye el destino de un mensaje. Igualmente lo son los televidentes, los cibernautas o navegantes del espacio, los lectores de una revista o periódico, el público que asiste a una conferencia.

          La retroalimentación: busca asegurar la eficacia del proceso comunicativo de forma bidireccional. Verificar la forma en que se recibe el mensaje y su apropiación. Juega un papel muy importante porque permite conocer cómo se están interpretando los mensajes verbales, escritos, gestuales, gráficos, musicales. Hacen parte del proceso de retroalimentación los aplausos, sonrisas, bostezos, inclinaciones de cabeza, cartas, llamadas, mensajes, correos electrónicos, etc. Todo esto inmerso en un ambiente de diálogo significativo en que cada uno sea partícipe de un proceso crítico de construcción.

Para que la comunicación ocurra y la persona a quien se dirige comprenda el mensaje, es necesario compartir los códigos y utilizar los mismos sistemas de signos. Algunos autores llaman perceptor o receptor a toda persona que conscientemente reciba, interprete y responda los mensajes provenientes del medio en que se encuentra inmerso.

El comunicador o emisor es quien produce y transmite el mensaje a través de códigos que conoce el perceptor. Es muy importante que los canales o medios que utiliza el comunicador sean los mejores y se encuentren en óptimas condiciones.

El uso pedagógico de las nuevas tecnologías obliga a la interactividad. Los mensajes que se articulan a través de estos medios son bidireccionales, fortalecen la retroalimentación y la interacción de los estudiantes con sus profesores y entre ellos mismos, saliendo del aislamiento y remontando las barreras tradicionales de espacio y de tiempo. Las relaciones pedagógicas que se establezcan tanto en las aulas presenciales, como a distancia, a través de la educación virtual, inciden en la calidad de la educación y en el desarrollo humano.

Finalmente, es muy importante agregar que en el proceso de comunicación los comportamientos no verbales juegan un papel fundamental; así aspectos como apariencia física, posturas, miradas, gestos, la calidad de la voz, el énfasis en algunas palabras, los silencios, pausas, el vestido, la proximidad, el manejo del espacio. Al respecto Knapp, hace un análisis profundo de la importancia de la conducta no verbal en la comunicación, como las expresiones faciales, las expresiones corporales, el manejo del espacio y del tiempo. De Igual forma, en los mensajes gráficos, escritos o a través de imágenes, son parte bien importante los colores, tipos de letras, tamaños, calidad y distribución en el papel o en el espacio correspondiente.
Ana María Prieto Hernández, para la Especialidad Competencias Docente para la Educación Media Superior, UPN, marzo 2010.

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